Si estás pensando en dejar el tabaco o ya lo has hecho, seguro que has escuchado la temida frase: “Vas a engordar“. Y aunque no es una regla universal, muchas personas aumentan de peso tras abandonar el cigarro. Pero, ¿por qué sucede esto? ¿Es inevitable? Vamos a analizarlo.
¿Es verdad que se sube de peso al dejar de fumar?
No todo el mundo engorda al dejar de fumar, pero es un hecho que muchas personas sí ganan algunos kilos en el proceso. Esto se debe a varios factores, tanto fisiológicos como psicológicos.
El tabaco afecta el metabolismo, el apetito y hasta la forma en que sentimos el sabor de los alimentos. Así que, cuando dejamos de fumar, el cuerpo atraviesa una serie de cambios que pueden hacernos comer más sin darnos cuenta.
Razones por las que se engorda al dejar de fumar
1. El metabolismo se vuelve más lento
La nicotina acelera el metabolismo basal, es decir, la cantidad de calorías que quemamos en reposo. Al dejar de fumar, el cuerpo deja de recibir ese “estímulo” y el metabolismo se ajusta a un ritmo más natural, lo que significa que quemamos menos calorías al día.
2. Mayor ansiedad y necesidad de compensación
Muchas personas fuman como una forma de controlar el estrés o la ansiedad. Cuando se abandona el cigarro, el cuerpo busca otro mecanismo para manejar esa ansiedad, y la comida se convierte en el reemplazo perfecto. Masticar algo nos da una sensación de alivio parecida a la que proporcionaba el cigarrillo.
3. El sentido del gusto y el olfato mejoran
El tabaco afecta a nuestras papilas gustativas y el olfato. Cuando dejamos de fumar, los sabores y aromas se intensifican, haciendo que la comida nos sepa mejor y nos apetezca más. Esto puede llevar a comer más de lo habitual sin darnos cuenta.
4. El hábito de llevarse algo a la boca
Fumar no es solo una adicción física, también es un hábito. Muchas personas están acostumbradas a tener un cigarro en la mano o en la boca, y al dejarlo buscan sustituirlo con comida, chicles o snacks, lo que puede aumentar el consumo calórico diario.
5. Cambios hormonales y retención de líquidos
El tabaco altera la producción de ciertas hormonas, como la insulina y la leptina (la hormona de la saciedad). Al dejar de fumar, el cuerpo necesita tiempo para regular estos cambios, lo que puede provocar un aumento temporal de peso.
¿Cómo evitar engordar al dejar de fumar?
Si bien es cierto que se puede subir de peso, también es completamente posible evitarlo siguiendo algunos consejos clave:
- Mantén una alimentación equilibrada: Evita caer en el error de compensar la falta de nicotina con dulces o snacks poco saludables.
- Bebe mucha agua: Te ayudará a eliminar toxinas y a reducir la ansiedad por comer.
- Haz ejercicio regularmente: Te ayudará a acelerar el metabolismo y a controlar el aumento de peso.
- Busca alternativas saludables: Si sientes la necesidad de masticar algo, opta por frutas, frutos secos o vegetales crudos.
- Gestiona el estrés: Practica técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda o el mindfulness.
- Duerme bien: La falta de sueño puede aumentar la ansiedad y hacerte comer más de la cuenta.
Conclusión: Dejar de fumar no tiene que significar subir de peso
Es verdad que muchas personas aumentan de peso al dejar el tabaco, pero esto no es una regla escrita en piedra. Con una buena estrategia y nuevos hábitos saludables, puedes mantenerte en forma y, lo más importante, mejorar tu salud de manera integral.
Recuerda que dejar de fumar trae múltiples beneficios para tu cuerpo y mente. Si eres consciente de los cambios que podrías experimentar y te preparas para afrontarlos, podrás dejar el tabaco sin que tu peso se dispare.
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