Capítulo 2: Hispania Romana – La Conquista y la Romanización

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Introducción: ¿Cómo Roma cambió la historia de España?

Si hay un momento clave en la historia de España, ese es la llegada de los romanos. Antes de que Hispania formara parte del Imperio Romano, la península estaba dividida en numerosos pueblos con culturas muy diferentes: íberos, celtas, tartesios y celtíberos. Pero con la llegada de Roma, todo cambió.

Lo que empezó como una guerra contra los cartagineses terminó en una ocupación que duró más de seis siglos. Hispania pasó de ser un territorio fragmentado a convertirse en una pieza fundamental del imperio más poderoso de la antigüedad. Los romanos no solo conquistaron el territorio, sino que transformaron su idioma, su cultura, su economía y su forma de vivir.

Pero la historia de Roma en Hispania no fue un camino fácil. La conquista fue larga y sangrienta, con una resistencia feroz por parte de los pueblos hispanos. Y, aun así, el proceso de romanización fue tan profundo que su legado sigue vivo en España más de dos mil años después.

Vamos a recorrer esta etapa crucial de nuestra historia desde el principio.

1. Roma pone los ojos en Hispania: La Segunda Guerra Púnica (218 a.C.)

La historia de la conquista de Hispania por los romanos comienza con una guerra que, en realidad, no era contra los hispanos, sino contra los cartagineses.

En el siglo III a.C., Roma y Cartago eran las dos grandes potencias del Mediterráneo. Estas dos ciudades-estado ya se habían enfrentado en la Primera Guerra Púnica (264-241 a.C.), pero la rivalidad no terminó ahí. Cartago, liderada por el famoso general Aníbal Barca, comenzó a expandirse por la Península Ibérica, conquistando ciudades y acumulando recursos para desafiar a Roma.

En 218 a.C., Aníbal cruzó los Alpes con su ejército y sus legendarios elefantes para atacar Italia, desatando la Segunda Guerra Púnica. Para frenar a Cartago, los romanos enviaron tropas a Hispania y tomaron la ciudad de Ampurias. Así comenzó la conquista romana de la península.

Tras años de batallas, Roma logró derrotar a los cartagineses y expulsarlos de Hispania en 206 a.C.. Pero en lugar de marcharse, decidieron quedarse y convertir la península en una nueva provincia del Imperio.

Lo que nadie imaginaba es que la conquista de Hispania se convertiría en una de las más difíciles y largas de toda la historia de Roma.

2. La feroz resistencia de los pueblos hispanos

Si algo caracteriza a la historia de España es la resistencia de sus pueblos ante los invasores. Y la llegada de Roma no fue una excepción.

Aunque los romanos habían expulsado a los cartagineses, los pueblos hispanos no estaban dispuestos a someterse sin luchar. Las guerras de conquista duraron casi 200 años, convirtiéndose en uno de los conflictos más largos de la historia romana.

Los primeros focos de resistencia (siglo III-II a.C.)

Los primeros en plantar cara a los romanos fueron los íberos y los celtíberos, que defendieron sus ciudades con uñas y dientes. Uno de los episodios más famosos fue el asedio de Sagunto (219 a.C.), donde los saguntinos prefirieron morir antes que rendirse a Aníbal.

Más tarde, en el siglo II a.C., surgieron dos grandes líderes que pusieron en jaque a Roma:

Viriato (155-139 a.C.): Un líder lusitano que utilizó tácticas de guerrilla para derrotar a los romanos en numerosas ocasiones. Se convirtió en una pesadilla para Roma hasta que fue traicionado y asesinado por sus propios hombres.

Numancia (133 a.C.): La ciudad celtíbera de Numancia resistió un asedio brutal durante años. Sus habitantes prefirieron quemar la ciudad y suicidarse antes que rendirse. Este acto de resistencia quedó grabado en la historia como símbolo de valentía.

Las guerras cántabras: El último bastión contra Roma (29-19 a.C.)

Aunque gran parte de Hispania ya estaba bajo control romano, en el norte aún quedaban tribus que se negaban a rendirse. Los cántabros y astures protagonizaron la última gran rebelión contra Roma en las Guerras Cántabras (29-19 a.C.).

El emperador Octavio Augusto tuvo que enviar un ejército enorme para sofocar la resistencia. Finalmente, los cántabros fueron derrotados, marcando el final de la conquista de Hispania.

Tras casi dos siglos de guerra, la península quedó completamente integrada en el Imperio Romano.

3. La romanización: Cuando Hispania se convirtió en Roma

Con la conquista militar terminada, llegó el proceso más importante: la romanización. Hispania pasó de ser un territorio rebelde a convertirse en una de las provincias más ricas y desarrolladas del imperio.

¿Qué cambió con la llegada de Roma?

1. El latín reemplazó a las lenguas locales → El español, el catalán y el gallego tienen su origen en el latín vulgar que trajeron los romanos.

2. Las ciudades se convirtieron en centros de poder → Se construyeron grandes urbes como Emerita Augusta (Mérida)Tarraco (Tarragona) y Corduba (Córdoba).

3. Las leyes romanas se implantaron → El derecho romano sigue siendo la base del sistema legal en muchos países hoy en día.

4. Se construyeron infraestructuras avanzadas → Acueductos, calzadas, teatros y foros.

5. La economía se integró en el Imperio → Se produjo aceite, vino y metales para exportar a Roma.

El proceso de romanización fue tan profundo que, cuando el Imperio Romano cayó en el siglo V, la esencia de su cultura siguió viva en Hispania.

4. Hispania: Tierra de emperadores y pensadores

Hispania no solo adoptó la cultura romana, sino que también aportó grandes figuras al Imperio:

Trajano (53-117 d.C.): Primer emperador hispano, nacido en Itálica (Sevilla).

Adriano (76-138 d.C.): También de Itálica, famoso por consolidar las fronteras del Imperio.

Séneca (4 a.C.-65 d.C.): Filósofo estoico nacido en Córdoba.

Estos personajes demostraron que Hispania no solo era una provincia conquistada, sino una parte fundamental de Roma.

Conclusión: Roma, el gran arquitecto de España

La llegada de los romanos fue el mayor punto de inflexión en la historia de España. Aunque la conquista fue dura y sangrienta, la romanización transformó Hispania en un territorio desarrollado, con una cultura, un idioma y una estructura que todavía hoy se pueden ver en España.

Más de dos mil años después, seguimos bebiendo de las fuentes del derecho romano, seguimos usando caminos y puentes que ellos construyeron y seguimos hablando una lengua que evolucionó del latín. Roma no solo conquistó Hispania, sino que la convirtió en una de sus joyas más valiosas.

En el próximo capítulo, veremos cómo, tras siglos de esplendor, Roma cayó y Hispania pasó a manos de los visigodos.

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